Madre de todos los ajíes del mundo.

La ulupica, cuyo nombre científico es Capsicum Cardenasii, es una planta de pequeños frutos esféricos y extremadamente picantes, que crece en Bolivia y Perú. Propia de lugares de altura media, lluvia moderada y temperaturas cálidas, según diversas investigaciones científicas basadas en estudios de ADN, la ulupica silvestre boliviana de los valles ubicados entre Aiquile, Comarapa y Villamontes sería el origen de todas las especies de ajíes del mundo.

La presencia del ají en territorio americano se remonta a más de 5.000 años, habiendo sido parte de la dieta de culturas precolombinas como la Tihuanacota y la Inca, que lo consideraron uno de sus bienes más valiosos llegando a darle valor ceremonial. Los frutos picantes continúan siendo usados hoy en día por los poderosos Kallawayas como tratamiento contra el dolor, las úlceras, la fatiga, la dismenorrea, la depresión y la ansiedad.

Utlizado comunmente para realzar sabores, el ají contiene proteínas, fibra, calcio, fósforo, hierro, niacina (buena para el sistema digestivo, piel y nervios) y riboflavina (que ayuda a la producción de glóbulos rojos). Tiene más vitamina C que los cítricos, es bajo en calorías y puede ser usado en el tratamiento de enfermedades como artritis, asma, arterioesclerosis, presión alta, bronquitis, problemas circulatorios, resfrío, congestión, males cardíacos, migrañas, laringitis, flebitis, reumatismo y amigdalitis.

Fotografía gentileza de: ICCO Cooperación – Paleta de Sabores​

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