El árbol de la vida amazónico.

El cusi (Attalea speciosa u Orbignya phalerata), también llamado kupa’i , shapaja, catirina, babasú, coco de macau, bagassú, babaçú, aguassú, babassu palm o American oil palm, es una especie de palmera originaria de la región amazónica sudamericana. Crece en terrenos secos en desnivel o en terrenos planos, arenosos o arcillosos. Forma poblaciones con una densidad de más de 100 árboles por hectárea y ocupa grandes extensiones.

Sus beneficios fueron reconocidos por la medicina tradicional de las culturas originarias que utilizaban su aceite para curar heridas de guerra, como antiséptico natural y como tratamiento tópico para afecciones respiratorias y fiebre. También conocida como “Árbol de la vida”, se trata de una planta extremadamente útil cuyo tallo, tronco, hojas y frutos pueden ser utilizados bien como fuente alimenticia y/o medicinal o para la elaboración de utensilios domésticos, materiales de construcción, jabones y cosméticos. A nivel industrial, el cusi ha sido distinguido como una de las mejores fuentes alternativas de energía renovable. Varias partes del fruto pueden ser utilizadas como fuentes de energía: el mesocarpio para la producción de alcohol, el endocarpio para la producción de carbón, la almendra para la producción de aceite para biodiesel y el epicarpio para combustión primaria.

Sus frutos son comestibles, tienen piel gruesa, dura, ligeramente estriada, de color amarillo verdoso, cubierta por una capa de tegumento de color café. Contienen semillas similares a las nueces de coco de donde se extrae un aceite vegetal de color amarillento transparente y olor similar al de la nuez, conocido como aceite de babassu o aceite de cusi, muy ligero y fácil de manipular aunque debe evitarse su contacto con los ojos y tener extrema precaución con su uso interno. Este aceite tiene un alto contenido vitamínico, siendo principalmente rico en vitamina E. Contiene glucósidos, minerales  y tiene una composición muy rica en ácidos grasos y esteroles. Posee excelentes propiedades emolientes que nutren, hidratan, suavizan y regeneran la piel, aliviando los síntomas ocasionados por la picadura de insectos o por una exposición exagerada al sol. Se usa para prevenir el surgimiento de estrías, disminuir las manchas, tratar quemaduras leves y como cicatrizante. Por sus propiedades antimicrobianas y su contenido de ácido láurico, también sirve para reducir la inflamación o el enrojecimiento de la piel debido a problemas como eczemas, rosácea o psoriasis.

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