LA MANZANA BÍ
Generoso árbol amazónico.
La manzana bí (Genipa americana) también conocida como huito, jagua, caruto lluale, yoale, irayola, tejoroso, maluco, tejoruco, yaguare, ñandypáes, caruto o vitú, es un árbol nativo de Sudamérica cuya presencia se ha extendido desde Bolivia, Perú, Argentina, Paraguay, Ecuador y Brasil hasta Centroamérica, México, Florida y las Islas del Caribe.
Aunque la manzana bí crece naturalmente en trópicos húmedos y sub húmedos, por su gran capacidad de adaptación se encuentra en dunas costeras ligeramente salinas, bancos ribereños, planicies inundables, faldas de montañas, barrancos, áreas perturbadas, terrenos abiertos y terrenos inestables de las orillas de los ríos. Crece igualmente en suelos derivados de material calcáreo, ígneo o volcánico y se adapta tanto a suelos húmedos como secos pero no tolera aquellos que tengan deficiencias de drenaje interno.
Fuente natural de hierro, riboflavina y sustancias antibacterianas, la Manzana Bí es un árbol caducifolio monoico, de 15 a 20 metros de altura y tronco cilíndrico y recto, con una copa redondeada y densa, hojas de color verde oscuro lustroso y grandes y fragantes flores de color blanco amarillento de las que se extraen aceites esenciales y son utilizadas en apicultura pues son muy visitadas por las abejas.
Aunque las flores y la corteza tienen algunos efectos tóxicos y deben ser utilizadas con precaución, diferentes partes del árbol de la Manzana Bí son usadas en medicina tradicional como astringente, antiséptico, antipirético, antiinflamatorio, fluidificante, germicida, insecticida y repelente. Sus raíces tienen efecto purgativo, sus frutos tienen propiedades diuréticas, estomacales, revulsivas y desobstruyentes y el jugo es utilizado contra la enteritis crónica y la hidropesía. Sumado a ello, tiene efectos restauradores del ambiente, con un enorme potencial en la recuperación de suelos degradados, la reforestación productiva, el control de la erosión y sistemas agrosilvícolas para cultivos cultivos en callejones, callejones forrajeros, cultivos en estratos múltiples, cortinas rompevientos, plantación en linderos y cercas vivas de parcelas productivas.
Su fruto es una baya comestible globosa de color pardo, cáscara gruesa, sabor característico y aroma penetrante y muy agradable, con una pulpa amarilla, suculenta y de sabor acre y refrescante con la que se preparan dulces, vinos, jarabes, gaseosas, helados y licores. Los frutos, cuando aún están verdes, producen una materia colorante negro azulada tradicionalmente utilizada por los indígenas sudamericanos como pintura corporal y para teñir telas y utensilios. Su corteza es utilizada para curtir cueros y produce una madera de buena calidad, resistente, flexible y fácil de trabajar, excelente para trabajos de ebanistería, carpintería y construcción, que también es utilizada combustible pues ofrece leña y carbón de excelente calidad.