LA LLAMA
Noble animal andino.
La llama (Lama Glama) es un mamífero artiodáctilo doméstico de la familia Camelidae. Es originario de América del Sur y tiene su hábitat natural en las tierras altas de Bolivia, Perú y Chile. Puede adaptarse a la vida en climas extremadamente fríos y a altitudes superiores a los 4.000 metros sobre el nivel del mar, aunque por su adaptabilidad a una diversidad de climas no es extraño encontralo en otros países y continentes incluyendo Norteamérica, Europa y Australia.
Con una población mundial que sobrepasa los 7 millones, Bolivia es el mayor productor de llamas en la actualidad (más de 2.3 millones de ejemplares). Esta producción se concentra en los departamentos de La Paz, Potosí y Oruro que, con el 37% de los ejemplares a nivel nacional, ha consolidado su liderazgo como primer productor de llamas en nuestro país.
Tímida y dócil, la llama se caracteriza por tener un cuello largo y delgado, con pelaje grueso que varía del color beige oscuro o marrón rojizo hasta el blanco. Su rostro es estrecho con orejas alargadas de punta redonda y un labio superior hendido. Tiene 32 dientes, de los cuales sobresalen los incisivos inferiores. Sus patas están provistas de 2 dedos con almohadilla gruesa en las plantas. Pesa entre 130 y 200 kilogramos y mide aproximadamente 1.8 metros de altura.
Tradicional en el paisaje altiplánico, este noble animal ha acompañado la historia y ha estado vinculado al quehacer de los pueblos andinos desde hace más de 6.000 años y continúa siendo un complemento indispensable en la vida de cientos de comunidades andinas: constituyen un medio de transporte y carga, su carne tiene un alto nivel de proteínas (24.82%) y es baja en grasas (3.69%). Su lana, que no es inflamable, ofrece durabilidad, elasticidad, resistencia y propiedades hidroscópicas. Su cuero puede adquirir diversas texturas que posibilitan su uso para la elaboración de prendas de vestir y diferentes artículos, y su estiércol es utilizado como fertilizante y combustible.